martes, 28 de septiembre de 2010

Amor....de verdad.

Era un día fresco de fin de invierno el que me animaba a caminar por Cabildo.
En estos días me gusta andar rápido, pero ser amable, pedir permiso y por favor.
Y quizás hasta abrir la puerta de un taxi si se detiene adelante mío.
Esos días sin sol me dan alegría, me alivianan el cuerpo.

Mi paso se estaba demorado, por una familia que desparramada por toda la acera, caminaba al paso del menor de los integrantes mientras lo miraban y se reían. Yo comencé a respirar profundo, y a imaginar que estaba fumando.

Mire a mi derecha y como vecinos, la peregrinación me había aportado una pareja de gente mayor, dos viejos que caminaba sin interés, podría decirse que hablaban de algo importante para ellos, una de esas cosas que nos ponen en estado de abstracción, donde se camina despacio, sin mirar las vidrieras, sin interés y se pide perdón por las dudas.
El señor parecía no haber entrado en la ancianidad, tenía todavía la cara redonda y distaba mucho de la palidez, era viejo, pero se podría decir que había dejado el vino hace no muchos años, o que quizás todavía no tuviera ese tipo de prohibiciones, igual caminaba despacio, y se le notaba temblar.

De la señora no vi casi nada, no me dieron mucho tiempo, apenas les comenzaba a prestar atención, el señor le dijo la señora:
- vieja, yo quiero que vos estés bien….
Tuve que escapar empujando parte de la familia mientras se me caían las lágrimas.

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