lunes, 10 de mayo de 2010

pasa..

Hay muchos crímenes terribles, y ojalá el mundo y el azar nos libren de todos ellos.
Pero entre aquellos que por costumbre tomamos como menores
, no envidio a la humillada victima del robo de una cartera.
Quizás no es tanto la molestia de los trámites de documentos ni el cambio de cerraduras.
Mi despojo es más impaciente, y pasa por la impotencia de saber maltratadas, burladas y hasta quizás ignoradas las cartas que guardo en un bolsillo de ese bolso.

No la moderna cédula policial de foto digital y firma de trazo recto, pero la de los 9 años con la 4x4, la mañana en que fui a sacarla, y el orgullo de pertenecer a los cedulados.
No la visa, pero si la erógena.

La factura del gas que no van a pagar y y que se va a vencer por ausente.

las llaves de casas que ya no tengo.

Los cigarrillos no, eso lo van a saber valorar.
El dinero......dependerá del día
.
Una tarjeta de subterráneo usada en alguna ciudad del mundo del uno a uno.
El mail de Carola aunque siempre tengamos Quequén.
La lapicera que encontré en calle y algunas cosas que escribí, y de las que no hice copia.

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