jueves, 20 de mayo de 2010

Vela

No tengo casa y creo ser joven.
A veces cuando me despierto recuerdo los sueños
A veces tengo costumbres perversas
Soy adicto a la pereza, le hablo a las plantas, y no soy amable con los extraños.
Saludo atentamente para imprimir por las retinas una sensación que sobreviva a mi obra.
Vivo en la confortable ilusión de pertenecer; sin sobresaltos; sin abrazar pasiones.
Tengo cuatro sobrinos claros, no frágiles y de futuro incierto.
Junto con la incertidumbre se fue la niñez y la perversión y el polimorfismo.
Creo en la amistad, acepto que me gustaría creer en el amor.
Soy rico en mate amargo y cerveza,
y atesoro agua de gardenias para viajar por el túnel a mi niñez.

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